Este jueves se cierran las inscripciones para participar en la 19º Subida Villa de Moya, que se disputará el sábado 7 de octubre, con importantes cambios con respecto a las últimas ediciones como ya se ha informado por parte de la organización del CD. Azuatil. Será a las 14 horas y un año más se ofrecen unos precios de inscripción por debajo de la media. Además de la modalidad reina de Velocidad y RS, se establece también la participación en Fórmula Rallye, con importes que van desde los 125 a los 230 euros, según condiciones publicadas en el reglamento particular de la subida.
El siguiente acto del programa será el martes 3 de octubre con la presentación oficial del evento, en un acto fijado para las 19:30 horas en el salón de la Casa de la Cultura de la Villa de Moya. Y por el momento ya son unos 60 pilotos los que han formalizado su participación, por lo que es posible que la cifra final se acerque a los 85 que tuvo la edición 2022.
Este año, todas las actividades se concentran el sábado en el casco urbano de Moya. Y como principal novedad, las mangas cronometradas se disputarán en horario vespertino, a partir de las 13:30 horas.
Esta cita es puntuable para Campeonato de Montaña de Las Palmas, tanto de velocidad como en regularidad, siendo también valedera para el Trofeo FALP de Promoción y la Copa BMW Power.
Las actividades previas, como las verificaciones técnicas y administrativas de los vehículos de competición, se desarrollarán en el casco urbano de la Villa de Moya, concretamente en el Parque Pico Lomito, en horario de mañana, de 7:30 a 11:30 horas. En este mismo lugar finalizará la prueba con la ceremonia de entrega de trofeos. La sede de la prueba estará localizada en la Casa de la Cultura y las zonas de asistencias se repartirán en las carreteras GC-75 y GC-700, a partir del cierre al tráfico de las mismas a las 12:30 horas.
Otro cambio es la vuelta a la distancia original más habitual de la subida, con una longitud de 7,012 km, con salida en "La Fragata" (junto cruce Fontanales/Los Tilos) y meta en Jardín de Corvo, después de la "paella" de la tienda de Cirilo.