Terminado el montaje del buggy, durante los últimos días Pedro Peñate ha realizado una serie de test para comprobar que todo estaba en orden. Un chequeo crucial, ya que tanto el ‘Side by Side’ como el camión de asistencia debían salir este mismo miércoles 15 de noviembre hacia Península para las verificaciones que se van a llevar a cabo en Barcelona en cuestión de días.
Aunque no será hasta víspera de Reyes, el 5 de enero, cuando se dé la salida oficial con la celebración de la etapa prólogo, se podría decir que para muchos equipos el Dakar ya girado la llave y dado al contacto. Es el caso de la Expedición Canarias Dakar, que este miércoles 15 de noviembre embarcó su buggy y su camión de asistencia desde Gran Canaria para dirigirse, días después, a Barcelona, punto donde la ASO, organizador de la prueba valedera para el FIA World Rally Raid Championship –el mundial de bajas–, llevará a cabo las verificaciones administrativas y técnicas del grueso de los participantes.
Fue, precisamente, en un buque de la compañía Naviera Armas, uno de los patrocinadores más fieles de Peñate en sus distintas etapas como participante en el raid más duro del mundo. El Volcán de Tinamar, un buque de 175 metros de eslora, una capacidad para 1.500 pasajeros y 1.500 metros lineales en sus bodegas, conduce a esa avanzadilla de la Expedición Canarias Dakar hasta Huelva, de donde tomará rumbo por carretera hacia la capital catalana.
El buggy, aún de riguroso negro antes de que se defina la imagen del equipo en el mes y medio que queda hasta que arranque oficialmente el Dakar 2024 en Arabia Saudí, ha sido testado a lo largo de los últimos días en Gran Canaria para comprobar que todo funcionaba perfectamente después de haber sido completamente desmontado y montado de nuevo hasta el último tornillo.
El último test se llevó a cabo en unas condiciones que se pueden dar a lo largo de una prueba tan dura e imprevisible como el Dakar: de noche. “Teniendo en cuenta que en Arabia Saudí anochece pronto, es una circunstancia con la que podemos tropezarnos en alguna etapa. El primer año, de hecho, hicimos muchas dunas de noche, así que podemos decir que ha sido una última toma de contacto con el buggy de lo más real”, explicó el valsequillero, que afronta su décimo Dakar y el tercero sobre cuatro ruedas.
Respecto al comportamiento del buggy preparado por Cristo Dávila, de Radical Custom Performance, se mostró de lo más ilusionado: “Hemos hecho el rodaje, comprobando mucho la parte electrónica. Me ha gustado mucho el rendimiento del motor, se le nota mucho más lleno ahora que es nuevo. La verdad es que estoy deseando que empiece esta edición del Dakar”.